Si el mundo es 70% agua, yo debo ser 70% aceite

sentirse distinto no es un error

Hace un tiempo leí en Twitter (ahora llamado X en un arrebato minimalista de algún lunático del Marketing) una publicación que hablaba sobre los mejores alumnos del secundario. Planteaba que los mejores de la clase en este momento se encontraban ya sea con  un doctorado o sumidos en  la  ansiedad y la depresión. habiendo sido uno de los mejores  alumnos durante la secundaria, lamento decir que no poseo un doctorado.

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Imagen de «Grad school is worse for public health than STDs» Disponible en:https://www.benkuhn.net/grad/

Es muy difícil combatir contra un enemigo cuando el enemigo es uno mismo. Está probado que nuestro cerebro reacciona de manera  evolutiva ante las situaciones de estrés  para «protegernos». ¿ Pero cómo nos protegemos de nosotros mismos? Cuando somos nuestros peores críticos, nuestros principales opositores. Estamos en una época donde la IA es la estrella, se vaticina como una «nueva revolución industrial» como un «antes y después en la historia de la humanidad»  Y claro, no voy a negar que es una tecnología excepcional que puede facilitarnos la vida. Pero realmente me sorprende que busquemos una alternativa «robótica» al cerebro humano cuando en los últimos años hemos asumido que debíamos funcionar como uno.

No creo que podamos adjudicar el gran incremento de los trastornos de ansiedad pura y llanamente a una cuestión evolutiva .  Vivimos en una sociedad donde  se mide todo en base al rendimiento numérico, eficiencia, resultados. ¿En qué se diferencia eso frente a la IA?. Creo que lo que hace único a los seres humanos es la imaginación, la creatividad, la capacidad de relacionarse con los demás. Pero hay una sociedad que nos impulsa a ser más autoexigentes, a trabajar hasta el cansancio y a cumplir expectativas poco reales. No sé ustedes pero en medio de tanto estrés y a la sombra de expectativas gigantescas, difícilmente pueda dedicar algo de tiempo a la creatividad.  Y eso sin agregar a las redes sociales en la ecuación, encargadas de provocar una idealización constante de una supuesta felicidad infinita que lleva a la comparación permanente y a la frustración.

Volviendo al tema del inicio, Aquí se puede acceder al artículo que muestra la imagen aquí presente. La universidad puede generar problemas de salud al nivel de afectar a un 40% de los estudiantes en lo que respecta a ansiedad y a un 39% en depresión, comparado a un 6% en ambos casos para quienes no estudian.  Pero ¿No existía antes la universidad? ¿Es la universidad la culpable?. Si la evolución no era la única causa, tampoco debería considerarse a la universidad como el verdugo

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Me parece que es importante mencionar que no tenemos ni idea de lo que va a pasar en el mundo. Tengo 28 años y casi nadie de mi generación o más joven va a poder comprar una casa, voy a trabajar hasta los 65 pagando un sistema de jubilaciones insostenible con las tasas de natalidad actuales.  Que dicho sea de paso es lógico que no tengamos hijos cuando no podemos garantizarnos una casa para nosotros mismos. Ni siquiera sé si mi trabajo va a existir en la próxima década. Me parece cuanto menos lógico estar  preocupado por el futuro, por no decir aterrado.

Cuando empecé con los ataques de ansiedad y la depresión, tenía 19. hace 9 años de eso ya. De esos 9 años puedo asegurar que al menos 5 los pasé sufriendo, obsesionado con miedos inexplicables y sintiéndome un error, un fallo en la Matrix, la tecla desafinada del piano que altera la melodía. Si el mundo era 70% agua, yo era 70% aceite. ¿por qué no podía ser como los demás? ¿por qué no podía terminar la universidad y empezar mi doctorado en Europa?. Sin embargo resulta que muy pocos hicieron un doctorado y aún muchos menos lo han hecho en Europa.  Pero la comparación, las redes sociales, las frases motivacionales de LinkedIn me confirmaban la teoría de que era el peor desastre en la historia de la humanidad después de Chernobyl.  Mi peor enemigo era yo mismo, y todavía lo soy.

Pero si de algo estoy seguro, es que no puedo  decir que sea el único sintiéndose así. Sé que hay muchas personas que día a día se levantan de la cama para enfrentar una pena, un dolor, la pérdida de alguien; y que en muchos casos apenas si pueden levantarse de la cama. Quizás la mejor manera de enfrentar tanta incertidumbre, sea aceptando que no podemos saber todo y dejando el ego de lado para entender que hay cosas que están fuera de nuestro control, por mal que nos pese. Y este blog nace como una respuesta a eso. Una manera de romper el bucle con palabras, de encontrar que si bien hay muchas cosas por las que lamentarse, también hay muchas por las que estar agradecido. Mi ansiedad de algún modo me incentivó a empezar mi carrera de la enseñanza, a viajar solo a la otra punta del mundo, a intentar superar ese miedo o a romper ese ciclo interminable; entre otras varias cosas.

Por eso, si estás leyendo esto, no te engañes. Claro que me gustaría que esto tenga un impacto positivo en tu vida, pero primero que todo lo hago por mí, para desahogarme, para intentar entender un poco más este viaje en el tren de la vida. Es verdad, todavía no me gradué, quizás lo haga a los 30. ¿Y? quizás siga soltero en 2 años ¿y? posiblemente tenga que buscar otro trabajo, so whaaaat como dirían los ingleses. Intentemos aceptar que esa incerteza siempre ha sido, es y será parte de la vida.  No te creas eh, quizás mañana me sienta terrible porque no avanzo en la universidad. Porque también tengo mis días malos. Pero tenemos  que intentar ser más objetivos y también cuestionar esas creencias que nos hacen ver todo mal. Al fin y al cabo, es evolutivo qué se le va a hacer…

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